


La historia de una victoria ciudadana en Change.org
En 2016, nuestra lucha por la justicia nos llevó a ser una de las diez campañas más mediáticas de España en Change.org. Más de 42.000 personas se unieron a nuestra causa para que nuestro hijo pudiera llamarse Lobo Javierre. Lo que comenzó como una batalla personal se convirtió en un símbolo de la resistencia ciudadana contra las arbitrariedades del sistema.
El conflicto: Un nombre prohibido
Todo comenzó el día que fuimos a inscribir a nuestro hijo en el Registro Civil de Fuenlabrada. Lo que debía ser un trámite sencillo se transformó en una confrontación inesperada cuando una funcionaria decidió que el nombre "Lobo" no era apropiado. Sin ninguna base legal clara, insistió en que debíamos elegir otro nombre. No podía creerlo. ¿Cómo era posible que alguien tuviera el poder de decidir sobre la identidad de nuestro hijo solo por su criterio personal?
La chispa de la revolución
Desde el primer momento supe que no iba a rendirme. Una de las ventajas (o desventajas) de tener Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) es que, cuando algo se me mete en la cabeza, lucho hasta el final. En ese entonces, mi manera de gestionar la presión no era la mejor: recurría al cannabis y al alcohol en lugar de una medicación adecuada. Aun así, mi determinación era inquebrantable.
Fue entonces cuando lancé una campaña en Change.org. La respuesta fue abrumadora. En menos de un mes, más de 42.000 personas firmaron apoyando nuestro derecho a nombrar a nuestro hijo como queríamos. La bola de nieve creció rápidamente y los medios de comunicación se hicieron eco de nuestra lucha. Periódicos, radios y televisiones de España y del extranjero se interesaron en nuestra historia. Incluso el New York Times y cadenas de televisión rusas nos entrevistaron. El país entero hablaba de nuestra causa, y nadie se daba cuenta de mi TLP.
El apoyo de Javier y Change.org
En medio de esta vorágine, tuve la inmensa suerte de contar con Javier, jefe de prensa de Change.org. Él fue mi guía, mi apoyo incondicional y mi conexión con los medios. Durante semanas, se convirtió en mi secretario personal y en un amigo entrañable. Gracias a su ayuda, logré gestionar entrevistas, apariciones en televisión y mantener la coherencia de nuestro mensaje. No hubiera podido lograrlo sin él.
La lucha de un ciudadano contra el sistema
Fueron semanas de vértigo, de emociones intensas y de una lucha constante. Solo encontraba momentos para reflexionar cuando iba al baño. Me preguntaba: "¿De verdad todo esto está ocurriendo solo por el nombre de un niño?" Pero sabía que era mucho más que eso. Era la lucha de un ciudadano de clase obrera contra un sistema que muchas veces impone reglas arbitrarias sin justificación. No se trataba solo de Lobo, sino de la libertad de decidir sin la interferencia caprichosa de un funcionario.
La vorágine mediática
La atención que recibimos de los medios de comunicación fue abrumadora. Cada día tenía nuevas entrevistas en radio, televisión y prensa escrita. La noticia de nuestra batalla cruzó fronteras, llegando a medios internacionales que se sorprendían de que en España todavía se discutiera la legalidad de un nombre. Cada entrevista era una oportunidad para reforzar nuestro mensaje: no se trataba solo de un nombre, sino de la dignidad y el derecho a decidir de cada familia.
A medida que la campaña crecía, también lo hacía la presión. A veces, la ansiedad y la intensidad del momento me sobrepasaban. Pero no podía detenerme. Estaba en medio de una lucha que ya no era solo mía, sino de miles de personas que nos habían apoyado con sus firmas y su voz.
La victoria
Y ganamos. Después de semanas de presión mediática, de entrevistas, de apoyo popular, logramos inscribir a nuestro hijo con el nombre que habíamos elegido. Fue un triunfo no solo para nuestra familia, sino para todos aquellos que creen en la libertad y la justicia.
Esta experiencia me enseñó muchas cosas: la importancia de la perseverancia, el poder de la ciudadanía organizada y el valor de tener aliados como Javier en el camino. También me recordó que la lucha contra las injusticias requiere coraje, pero que, cuando nos unimos, podemos hacer que las cosas cambien.
Lobo Javierre lleva su nombre con orgullo, y nosotros llevamos con honor la historia de cómo logramos que se reconociera su derecho a tenerlo.
Si me necesitas, no dudes en contactarme.
